lunes, 2 de junio de 2008

Hoy

me di cuenta de k la felicidad dura lo k dura el segundo
me di cuenta de k la tristeza dura el mismo segundo
solo k la tristeza es mas dolorosa
k la felicidad

la rareza es algo normal en mi
pero mis estados emocionales eran estables en mi vida anterior
hoy lloro al siguiente minuto rió
mis estados de animo cambian demasiado

solo se k en el futuro tendré los mismos segundos de felicidad
solo se k en el futuro tendré los mismos segundos de tristeza
sufriré
llorare
reiré
gozare

tendré muchas satisfaciones
tendré muchos dolores
tendré una puta vida para muchos

pero es la mía
si tengo k vivir en dolor y tristeza
para k mi hermano no sufra lo k yo estoy pasando
así tendrá k ser
ya no soy libre
pero tampoco soy esclava de la gente k me humilla

estoy realizando sueños

y lo demás no importa.

miércoles, 7 de mayo de 2008

Juicio contra los pastores de Israel

Recibí esta palabra del Señor:
Hijo del hombre, profetiza contra los pastores de Israel, profetiza y diles: Esto dice el Señor ¡Ay de los pastores de Israel que se apacientan a sí mismos! ¿Acaso no es el rebaño lo que deben apacentar los pastores? Ustedes se beben su leche, se visten con su lana, matan las ovejas gordas, pero no apacientan en rebaño. No han rebustecido a las flacas, ni sanado a las enfermas, ni han vendado a las heridas: no han reunido a las descarriadas, ni buscado a las perdidas, sino que las han tratado con crueldad y violencia. Y así, a falta de pastor, andan dispersas y son fácil presa de las fieras salvajes.
Mi rebaño anda errante por montañas y colinas, dispersas mis ovejas por todo el país sin que nadie las busque ni las cuide.
Por eso, escuchen, pastores, la palabra del Señor: Por mi vida lo juro, oráculo del Señor: por falta de pastor mis ovejas han sido expuestas al robo y han sido fácil presa de las fieras; mis pastores no se han preocupado de mi rebaño; se han apacentado a sí mismos en lugar de apacentar mi rebaño. Pues bien, pastores, escuchen la palabra del Señor: Esto dice el Señor: Aquí estoy yo para reclamar mis ovejas a los pastores; no los dejaré apacentar más a mis ovejas y así no se apacentarán más ellos mismos. Les arrebataré mis ovejas de su boca para que no les sirvan de alimento.
Por que dice el Señor: Yo mismo buscaré a mis ovejas y las apacentaré. Como un pastor se preocupa de sus ovejas cuando están dispersas, así preocuparé yo de mis ovejas y las reuniré de todos los lugares por donde se habían dispersado en día de oscuros nubarrones. Las sacaré de en medio de los pueblos, las reuniré de entre las naciones y las llevaré a su tierra; las apacientaré en las montañas de Israel, en los valles y en todos los poblados del país. Las apacientaré en buenos pastos y pastarán en las montañas altas de Israel; allí descansarán como en un corral seguro y se alimentarán de buenos pastos en las montañas de Israel. Yo mismo apacientaré a mis ovejas y las llevaré a su corral, oráculo del Señor. Buscaré a la oveja perdida y traeré a la descarriada; vendaré a la herida, robusteceré a la flaca, pero a la gorda y robusta la eliminaré; las apacientaré como se debe.
En cuanto a ustedes, rebaño mío, esto dice el Señor: Yo juzgaré entre ovejas y ovejas, entre carnero y chivo.
¿No les basta alimentarse de buenos pastos, que pisotean el resto del pastizal? ¿No les basta con beber el agua clara, que enturbian el resto con las pezuñas? ¿Han de pastar mis ovejas lo que ustedes han pisoteado y beber lo que han enturbiado con sus pezuñas? Pues así dice el Séñor: Yo juzgaré entre la oveja gorda y la flaca. Ustedes han embestido con todo a su cuerpo, han atacado con sus cuernos las más débiles hasta echarlas afuera; yo defenderé a mis ovejas, para que no sirvan más de presa, yo juzgaré entre oveja y oveja.
Yo suscitaré un pastor que las apaciente; mi siervo David las apacientará y será su pastor. Yo, el Señor, he hablado. Yo haré con ellos una alianza de paz, exterminaré de esta tierra las bestias feroces; hasta en el desierto podrán vivir seguros y dormir tranquilos en el bosque. Los estableceré alrededor de mi colinay les mandaré a sus tiempos las lluvias de bendición. Los árboles de los campos darán sus frutos y la tierra sus cosechas. Estarán seguros en su tierra, y cuando yo rompa las correas de su yugo y los libre del poder de quienes los tienen esclavizados, reconocerán que yo soy el Señor. No volverán a ser presa de las naciones ni los devorarán las fieras, sino que vivirán seguros sin que nadie los espante.

Haré que sus campos produzcan frutos abundantes, no los exterminará más el hambre en esta tierra ni volverán a soportar la burla de otros pueblos. Y reconocerán que yo, el Señor, soy su Dios, y que ellos, los iraelitas, son mi pueblo, oráculo del Señor. Ustedes son mis ovejas, las ovejas que yo apaciento y yo soy su Dios. Oráculo del Señor.